martes, 1 de marzo de 2016

Gure Energia presenta alegaciones al documento de la Estrategia Energética Euskadi 2025



ALEGACIONES AL DOCUMENTO EEE25 (Estrategia Energética Euskadi 2025)

1-      Visión y objetivos en la política energética vasca.

Los datos aportados como previsión de crecimiento del consumo energético en el futuro están basados en previsión de un improbable crecimiento económico y no del más que posible estancamiento de la economía por el propio agotamiento de los recursos energéticos y la crisis económica.

Partiendo de esta sobreestimación del aumento de consumo energético se plantean unos objetivos a largo plazo que no se sostienen y además se contradicen con la supuesta reducción de la población hasta 2025.
Se propone llegar a 2050 con un recorte de emisiones del 80% con un porcentaje de renovables del 40%. Esto quiere decir que el 60% del consumo de energía seguiría viniendo de combustibles fósiles, y para suplir con el recorte de emisiones la única forma sería reducir el consumo de energía más de un 60%.

Con respecto al mix energético propuesto y tras calcular las emisiones con las tecnologías actuales, se alcanzaría un recorte del 16% en emisiones en 2015 con respecto a 1990, por lo que el objetivo de la Unión Europea del recorte del 20% en emisiones para 2020 quedaría todavía lejos.
El ahorro menor al previsto, se centra sobre todo en la industria y se continúa con una fuerte apuesta por el gas natural.

En cuanto a las energías renovables, se hace una apuesta excesiva por la biomasa, ésta es una solución puntual que puede servir de algo en aquellos lugares donde se pueda aprovechar de manera sostenible el exceso de biomasa.
Apostar en exceso por la biomasa puede traer un desequilibrio en los lugares donde se explote. Se debe hacer de manera controlada con la participación y control de las autoridades y de técnicos independientes que determinen la capacidad de renovación de cada entorno y con acuerdos entre propietarios del entorno y productores de biomasa.

Línea L1 Mejorar la competitividad y sostenibilidad energética en la industria vasca

La industria es la gran beneficiada en esta estrategia pero siempre basado en la cogeneración y el gas natural. En ocasiones se tiende a acoplar esta tecnología a las energías renovables, estando muy lejos de tratarse de una de ellas ya que el gas natural no deja de ser un combustible fósil que además está llegando a su cenit y cuya extracción puede ser tan contaminante como la del petróleo.
A pesar de la incertidumbre legislativa también para esta tecnología, no es comparable la apuesta en cogeneración a la apuesta que se hace con energías renovables sobre todo con renovables térmicas.

A pesar de haber sido pioneros en materia de ahorro energético en el pasado por ejemplo con la certificación energética de viviendas mucho antes de su obligatoriedad, no lo han sido en materia de eficiencia energética en la industria, pudiendo adelantarse al gobierno central en la exigencia o promoción del cumplimiento de la directiva europea de eficiencia energética que acaba de transponer con prisas el gobierno central en funciones.

Línea L2 Disminuir la dependencia energética del petróleo en el sector transporte

Esta línea de actuación se centra fundamentalmente en el transporte privado, se apuesta por los biocombustible e incluso el gas natural. A la hora de hablar de biocarburantes no se distingue entre los producidos directamente tras cosecharlos o los que se producen por el reciclado de diversos tipos de aceites.

Los biocombustibles generados mediante agricultura extensiva no deberían considerarse como una energía renovable debido a las consecuencias que acarrean y por lo tanto solo deberían considerarse los biocombustibles generados a partir del reciclado.

Resulta llamativo que no se haga mención al uso compartido del coche, con los sistemas de carsharing y carpooling. La mayoría de los sistemas de este estilo que se están promoviendo (sobre todo en el carpooling) son de coches pequeños y eléctricos, por tanto de bajo consumo y emisiones. Además, su fomento puede hacer que se abandone progresivamente la apuesta por la movilidad privada y traiga una mayor renovación de flotas de vehículos.
En lo que respeta al carsharing, una mayor ocupación de los vehículos traerá automáticamente una reducción del consumo de energía y de las emisiones.

Línea L3 Reducir el consumo e incrementar el uso de renovables en edificios y el hogar

Breve balance del ejercicio, se reconoce la crisis como uno de los factores del ahorro energético y/o la reducción de la demanda.

El imputar el ahorro a las actuaciones de eficiencia energética es para justificar que se  está haciendo lo correcto sin plantear que se pueda o deba buscar otras estrategias innovadoras para lograr unos objetivos más ambiciosos.

Se parte de un dato como caso base que se desconoce de dónde viene, dato de 2015 con una subida de consumo para un escenario BAU (Business As Usual).
Si hacemos uso de la estadística sería conveniente conocer más datos estadísticos de cara a conocer el consumo y gasto medio de un modo más útil.
Por ejemplo serían muy interesantes los datos de los metros cuadrados edificados en vivienda y en terciario, los edificios sin uso.

Promoción de la eficiencia energética en edificios

Por desgracia no se indica que el CTE 2006 estaba muy lejos de conseguir la eficiencia energética en edificación que pretenden los edificios de consumo casi 0, ni menciona que a las normativas energéticas europeas se ha llegado tarde.
También se olvida de la cantidad de edificios que obtuvieron licencia antes de la entrada en vigor del CTE para saltarse la norma aun cuando empezaron a construir varios años después de la solicitud de licencia (todo un fenómeno por estudiar).

Se hace simplemente un recordatorio de la importancia de las normas europeas en relación con los edificios de bajo consumo, y lo de las ITES y la rehabilitación.
El documento no indica medidas de especial protección para la mejora de los edificios antiguos.
No se reconoce que para llegar a los edificios de consumo casi nulo, quedan 4 años, se debe empezar a legislar en consecuencia, sin esperar a que España lo haga.

Respecto de los proyectos de mejora de eficiencia energética se debería  definir qué se ha hecho para ver si hay mejoras (falta de ayudas a la envolvente).

La incorporación de Biomasa, al volumen que parece pretenderse (edificios de mayor consumo que los de consumo casi nulo) va a generar grandes problemas de pérdida de nutrientes en suelo fértil, desertificación, etc. Euskadi necesita un plan director para el uso de los recursos forestales, no para quemarlos.
El geointercambio no es rentable para la mayor parte del territorio vasco ya que no tenemos suelos con alta temperatura, la durabilidad de los sistemas sólo permite la rentabilidad de los sistemas cuando se dan altos consumos energéticos, y genera problemas por la posibilidad de contaminar y comunicar acuíferos.

Si bien la biomasa puede ser un complemento ideal para los edificios de consumo casi nulo, el geointercambio resulta en un despilfarro económico. Mucho más barato y sencillo resulta la aerotermia y los captadores solares de concentración.

Se tienen dudas sobre el acceso a los datos de los contadores y cómo de inteligentes pueden ser cuando se les introduzcan cargas negativas en el contaje (autoproducción).

La mejora de una letra es insuficiente y repercute de modo negativo en el futuro de los edificios.
Resulta una atrocidad recibir ayudas por mejorar una letra en la calificación; parece que dichas ayudas están redactadas por los vendedores de energías.
Una reforma de la envolvente es una actuación que va a pervivir a largo plazo (20-40 años) por lo que no obtener una calificación A (o B en casos complicados) comprometerá a largo plazo la viabilidad de la CP. Si bien es útil para conocer la eficiencia en la lucha contra el cambio climático, la escala de emisiones de CO2 es insuficiente si queremos hablar de eficiencia energética. Es la demanda energética la que debe primar.
El objetivo debe ser alcanzar el estándar de consumo 0 o bien de modo integral (de una vez), o bien por fases (ver www.europhit.eu).

Certificación de eficiencia energética de edificios

En primer lugar se obvia que la certificación energética debía haber llegado antes, y que la percepción de la certificación energética para muchos vendedores, compradores, arrendadores y arrendatarios es que es un trámite obligatorio que  encarece innecesariamente los contratos.
Analizado por años, existe una clara mejoría en la evaluación de los edificios cuanto más nuevos son tanto en sus emisiones como en el consumo. En 2014, el 53% por consumo y el 60% por emisiones recibieron calificación A o B. La presencia de calificaciones F y G son nulas, mientras que el 30% de las viviendas obtuvo una calificación C.
La clara mejoría además de evidente, es insuficiente.
Si bien hay casos aislados de “A” y “B”, éstos son sólo eso, aislados, por eso, lo de “clara mejoría” es demasiado suponer. No hay más que ver que más del 75% de edificios responde  a las letras G, F y E.
Además la certificación energética es un índice, no implica, en muchas ocasiones, que el edificio se haya ejecutado correctamente. En muchas ocasiones no se llevan con el rigor suficiente las certificaciones energéticas.
Cabe destacar acerca de las calificaciones energéticas la diferencia de mediciones a lo largo del tiempo (adaptándose a las evoluciones normativas) y con ello la imposibilidad de considerar que todas las certificaciones energéticas disponibles actualmente se basen en el mismo sistema de medición.
Además se echa de menos un control sobre si esta normativa se está cumpliendo desde el momento en que se ofrece una vivienda en alquiler o venta o se hace el trámite justo en el momento de la formalización.

Las energías renovables en los edificios

En este apartado no se menciona la cantidad de instalaciones económicamente deficitarias  o  la cantidad de instalaciones no muy bien ejecutadas.
Tampoco se habla de la importancia de la captación solar pasiva, ni de estudios llevados a cabo acerca del enorme potencial solar en Euskadi (proyecto Polis en Vitoria-Gasteiz) que no se está aprovechando convenientemente.

Coste de la energía para el consumidor terciario

Adolece no lamentar el aumento del término de potencia; siendo éste tan importante en relación a la pobreza energética.



Pobreza energética

No se da la importancia que merece a este problema ampliamente instalado en la sociedad vasca.
En Euskadi, según la “encuesta de necesidades sociales sobre pobreza de 2014” elaborada por el Departamento de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, el número de personas que tienen problemas para mantener su hogar a una temperatura adecuada durante los meses fríos asciende a 235.526, cuando en 2008 no llegaba a las 90.000. Por otro lado, la población afectada por cortes de suministro de servicios energéticos en el hogar (incluyendo agua, luz o teléfono) afectó a 38.255 personas.
En este contexto, parece alarmante que desde el Gobierno Vasco no se planteen las medidas para erradicar este problema. Algunas de las medidas que desde las instituciones se podrían fácilmente llevar a cabo son:
·Realizar una campaña de información ciudadana sobre de medidas de ahorro energético en la web oficial del Ente Vasco de la Energía, Redes Sociales en Internet y a través de otros medios de comunicación habituales.
·Mejorar la información ciudadana en todo lo que concierne a los suministros energéticos, tipos de contratos y derechos frente a las compañías energéticas, difundiendo en especial información sobre “cooperativas ciudadanas sin ánimo de lucro que comercializan energía 100% renovable”, alternativas a las tradicionales.
·A corto plazo, financiación para la realización de microrreformas encaminadas a minimizar el gasto energético del hogar y que pueden llevarse a cabo con un coste muy bajo. Un ejemplo de las mismas sería la instalación de burletes en puertas y ventanas, cortinas, elementos reflexivos tras los radiadores para evitar las pérdidas por la fachada, etc.
·A medio plazo, proyectos de rehabilitación profunda de los edificios que aborden la mejora de los huecos y la envolvente térmica, mejoren la eficiencia energética de las instalaciones, incorporen fuentes de energía renovables y promuevan el autoconsumo e incorporen nuevas tecnologías y mejoren la gestión de la energía. Medidas todas ellas encaminadas a que realmente el hogar salga de la situación de vulnerabilidad energética.

Formación y concienciación

Se echa en falta una campaña más potente en pro de la rehabilitación energética para transformar los edificios existentes en edificios de consumo 0. Se tiene que conseguir que los ciudadanos sepan que pueden transformar su edificio en edificios de consumo casi 0. La lucha, además de por conseguir aceptar unas condiciones de habitabilidad razonables (20-21ºC) o aceptables (18-19ºC) en invierno debe ser lograr la transformación de nuestros edificios para que dichas condiciones de habitabilidad se consigan sin aporte de energía.

Actuaciones en el sector

El objetivo debe ser más ambicioso. Debería marcar claramente que se debe y se puede transformar el parque edificado en edificios de consumo casi 0.

Indicadores y metas 2025

Lo cierto es que no parece suficiente.
Existen en torno a un millón de viviendas consumiendo unos 0,63 tep /año. Los 135.000 tep/a de ahorro planteados implican (sólo asimilando a las viviendas) un ahorro de unos 0,135 tep por vivienda; un ahorro del 21% del consumo. Y no se han tenido en cuenta los otros 25.000 edificios que no son viviendas, o los locales comerciales.
Es decir, si se plantean dichos objetivos para las viviendas, bueno, resulta en parte ambicioso. Si se contemplan el resto de edificios no lo es tanto.

Iniciativas y actuaciones

Fomento de las auditorías y diagnósticos energéticos en edificios
La auditoría o el diagnóstico de las instalaciones y el estudio de la viabilidad de los cambios es el primer paso para la identificación de los proyectos de mejora y la toma de decisión sobre mejoras de la envolvente, cambios de calderas o iluminación eficiente. La realización de estos estudios se fomentará a través de la concienciación y formación de los agentes involucrados (consultorías, administraciones, administradores de fincas, etc.) y de programas de ayudas.
El programa de ayudas para las auditorías se ha consignado para edificios terciarios cuyo consumo era superior a los 100.000 tep / año.
Está por verse si se incluyen ayudas para desarrollar auditorías a edificios de viviendas o de menor consumo. Aprovechando la coyuntura de la ITE se podría fomentar (mediante ayuda) la redacción de documentos complementarios al certificado de eficiencia energética que permitan a los vecinos estimar el potencial de ahorro y amortización con una transformación para convertir el edificio en uno de consumo casi 0.

Promoción de la rehabilitación de la envolvente térmica en edificios

La renovación de ventanas sin actuar en la envolvente genera habitualmente problemas de condensaciones por la mejora de la estanqueidad conseguida y con la adecuación de la ventilación en las viviendas para conseguir los valores aceptables de calidad de aire.
Cabría destacar el hecho de que se hayan agotado las ayudas para las ventanas en menos de 48h (muy similar a lo sucedido para los electrodomésticos). También que no se haya hecho distinción entre las ventanas por sus prestaciones energéticas; existen ventanas con el doble de prestaciones que las exigidas para recibir ayudas, y cuyo coste no es tan elevado como para que sean excluyentes.
No existe referencia alguna a la renovación de la envolvente o renovaciones integrales por fases. Única manera de acometer actuaciones de eficiencia energética para la mayor parte de los inmuebles.
Si bien se reconoce la realidad de los plazos de amortización, ésta puede ser una oportunidad para promover la existencia de créditos blandos para dichas actividades; sobre todo teniendo en cuenta el potencial de empleo y distribución de riqueza que generan dichas actuaciones.

Renovación de equipos consumidores de energía

Si bien el EVE busca potenciar retornos de inversión cortos (renovación de equipos consumidores), es conveniente remarcar que hay que potenciar primero la reducción del consumo de energías del edificio (envolvente) antes que la compra de mejores calderas.

Impulso a la implantación de energías renovables en edificios

Por otro lado, el desarrollo de la tecnología solar fotovoltaica y la consiguiente reducción del precio de su instalación hace que para ciertos consumidores sean rentables las instalaciones de autoconsumo. Se considera que el consumidor debe tener la posibilidad de elegir entre comprar energía en la red o auto producirla sin impedimentos, y que esto es bueno para el sistema eléctrico porque aporta equilibrio, señales de precio y reduce las pérdidas en la red.
El autoconsumo debe ser promocionado a través de programas de ayudas y de formación y apoyado por una legislación que lo fomente no que lo paralice.
Esperamos con ganas que se cumpla el objetivo y se pueda primar el autoconsumo.


Formación y sensibilización para la eficiencia y gestión de la energía en edificios

El objetivo de esta iniciativa es incrementar el nivel de conocimiento y sensibilización de la sociedad vasca en materia de sostenibilidad energética, dotando a las personas clave de las capacidades necesarias.
Tras la puesta en marcha de los contadores inteligentes, también se busca aprovechar su potencial como herramienta para conocer el detalle del consumo e implantar medidas de ahorro.

Campañas de información y sensibilización sobre la gestión, el uso racional y el coste de la energía

En general las iniciativas formadoras son útiles, pero se olvida de la importancia de sensibilizar a los ciudadanos para que conozcan que casi cualquier edificio puede y debe ser transformado en uno de consumo casi 0.

Línea L4   Promover una administración pública vasca más eficiente energéticamente

Dentro de este apartado se echa de menos que realmente la administración sea la pionera y se implique en todas las líneas de actuación que se plantean.
En cuanto a su obligatoriedad de cumplir próximamente que sus edificios sean de consumo casi nulo y todo lo que ello conlleva, no se hace ninguna mención.
Se plantean objetivos que en muchos casos debieran estar ya cumplidos, la contratación de energía verde, la gestión eficiente de sus edificios y parque móvil, y un largo etcétera.
Se echa en falta la implicación y apoyo a las administraciones de todos los tamaños para la recuperación de la propiedad de líneas eléctricas, así como en la inversión y promoción de proyectos de energías renovables.


Línea L5 Fomentar la eficiencia y el aprovechamiento de los recursos existentes en el sector primario

La apuesta para el sector primario se limita prácticamente a la dedicación a la producción de biomasa, se deja de lado la agricultura ecológica o producción local.
Se obvia la autocrítica por la explotación pesquera que realiza en aguas extranjeras por parte  la flota vasca.

Línea L6 Impulsar la producción de energía eléctrica renovable

El planteamiento de esta línea de actuación es de nuevo la apuesta por megaproyectos (maremotriz). Se reconoce que la eólica a gran escala es una apuesta agotada pero aún así la propuesta que se hace depende enormemente de la eólica  en la que se propone triplicar la potencia.

No existe un apoyo decidido a la minieólica, tecnología con muy buen potencial y apenas desarrollada en Euskadi. Básicamente, el problema que existe es que no hay "mapas de viento" precisos a las alturas de trabajo habituales para la minieólica (aprox. 12 metros). Tan sólo se tienen datos de viento a alturas mínimas de 30 metros y superiores. En otros lugares, la minieólica es ya una realidad y se están elaborando, además, "mapas de viento para minieólica", tanto en ciudades como en municipios. Aquí, todo está por hacer.

En el texto no se aborda la posible remunicipalización de redes eléctricas, algo que ya se está haciendo en Alemania y sería imprescindible plantear si queremos hablar de independencia energética. Existen casos de municipios vascos (Aramaio, Oñate) que sería interesante valorar a la hora de poder conseguir un control independiente tanto de la energía producida como de la distribución de la misma, donde tanto la producción como la distribución sean locales.

Las ayudas a la generación a escala comercial de energías renovables con participación de las administraciones locales se centran únicamente en análisis y desarrollo de proyectos. No se hace ningún hincapié en la necesidad de apoyar económicamente dichas iniciativas.

De todos es conocido que el principal impedimento a la hora de lanzarse a participar en ese tipo de proyectos es el desembolso inicial, ya que, a pesar de ser una inversión totalmente rentable, pocas administraciones tendrían la capacidad de  inversión inicial necesaria.

Es por eso que en este documento debería analizarse la necesidad de que en los presupuestos del País Vasco aparezcan partidas presupuestarias dedicadas al desarrollo de la generación de energías renovables por parte de las administraciones locales por medio de créditos a fondo perdido que se irían recuperando con los beneficios de las plantas instaladas. Podría ser el propio Gobierno Vasco quien planteara, a las administraciones locales que dispongan de buena capacidad física para poder desarrollar comercialmente dichas energías (solar, eólica, mini-eólica, mini hidráulica, etc...), la posibilidad de recibir una subvención para lanzarse a comercializar dicha energía.

Además de las subvenciones directas a particulares, para suplir las desventajas del último real decreto sobre autoconsumo, se deberían concretar también otras ayudas a los auto consumidores que apuesten por las energías renovables.
Dichas ayudas deberían venir sobre todo en rebajas de los impuestos o licencias que atañen a las administraciones locales (IBI, licencias, etc...).

En este contexto, el porcentaje de renovables propuesto para la electricidad, de sólo el 11% es claramente insuficiente, muy lejos del potencial real que existe en esta comunidad.

Línea L7 Supervisar infraestructuras y mercados de suministro energético

La apuesta por el fracking debe de desaparecer del documento. No es serio que se valore el fracking como una alternativa cuando se sabe que no hay yacimientos de gas suficientes en Euskadi como para considerarlo una alternativa.
Su investigación solo obedecería a la especulación ya que la falacia de que podríamos tener gas para 60 años sólo se entiende si toda la extensión de Álava fuera un yacimiento de gas (algo que ya se sabe que no es así ya que el único yacimiento que “podría” resultar rentable es un pequeño yacimiento de gas al sur de Gasteiz que apenas tiene capacidad para abastecer Euskadi por unos meses) y si todo ese supuesto gas extraído se fuera a consumir en Euskadi, algo que los mismos promotores del fracking saben que es ilegal e imposible.
Mezclar el debate sobre el fracking y la sostenibilidad energética de Euskadi es sencillamente inmoral. Todo el dinero que se dedique a la investigación del fracking será dinero que no se dedique a la promoción de las renovables (o a otras cosas) y será un dinero perdido ya que no resolverá la dependencia energética exterior.

Se debe abandonar la idea de producir energía mediante métodos contaminantes como la incineración de residuos. El propio documento reconoce que el reciclaje de residuos disminuye la capacidad de generar energía en incineradoras como la de Zabalgarbi.
Es contradictorio que se pida a la gente que recicle y por otro lado se construyan incineradoras que dependan del incivismo de la población a la hora de reciclar.

No se menciona el I+D de otro tipo de proyectos piloto como por ejempo la inyección de biogás en la red de gas natural o bien proyectos de smart-grids, con integración de almacenamiento eléctrico y generación renovable distribuida.
Figura en L8.1 como línea de investigación, pero la tecnología está ya en muchos casos en fase de experiencia piloto, y Euskadi debería liderar también este proceso.

Habría que añadir también el análisis de cómo afectará el aumento de sequía e inundaciones, los fenómenos climáticos extremos y el aumento de temperatura a la generación eléctrica de la CAE.


2-            Comentarios sobre aspectos no considerados en la estrategia

La UE ha definido 5 retos/objetivos para la transición a un sistema energético basado en energías renovables y el liderazgo global de Europa en este proceso[http://ec.europa.eu/energy/sites/ener/files/documents/cop21-brochure-web.pdf]:

1.       Empoderamiento ciudadano

2.      Asegurar la seguridad de suministro mediante la producción local de energía

3.      El liderazgo en tecnologías renovables y en la integración de sistemas

4.       Introducción de renovables

5.      Mantener y crear puestos de trabajo sostenibles y con valor añadido

El motivo por el que el empoderamiento ciudadano aparece como objetivo principal es porque es la única manera de que el resto de objetivos se puedan alcanzar.

La democracia energética será imprescindible para la integración harmoniosa de unidades de generación y almacenamiento y la construcción de nuevos sistemas de transporte y distribución de la energía. Esto será especialmente importante en zonas con una elevada densidad de población como la nuestra, donde la ciudadanía deberá convivir inevitablemente con las nuevas instalaciones.  

La concienciación del consumidor (única referencia a los ciudadanos en el borrador del plan energético de Euskadi para 2025) es, por tanto, una medida insuficiente dado el nivel de oposición que encontramos actualmente en toda Europa a la construcción de parques eólicos, centrales de generación de biogás e incluso a los parques fotovoltaicos. 
Si bien esta oposición no se ha manifestado aún de manera contundente en Euskadi debido a la reducida integración de energías renovables, ya hemos experimentado previamente gran oposición a la construcción de centrales de ciclo combinado y, aunque en menor medida, también a ciertos parques eólicos y a sistemas de climatización urbana (cabe mencionar como ejemplo el proyecto de Zorrozaurre en Bilbao). 
La oposición dificulta y retrasa la implementación de proyectos y planes energéticos a la vez que conlleva gastos adicionales tanto para los inversores como para las autoridades públicas implicadas, resultando en costes energéticos más elevados para todos los consumidores.

A pesar de que la mayoría de los ciudadanos ven las energías renovables como algo positivo, un elevado porcentaje se opone a la construcción de proyectos energéticos en las proximidades a su municipio, es conocido como el efecto NIMBY (“Not In My Backyard”, es decir, “no en mi vecindario”). 
Diversos estudios concluyen que a pesar de que los vecinos tienden a alegar impactos medioambientales, acústicos y visuales como base argumentativa para su oposición a los proyectos, la verdadera razón es el desequilibrio entre los impactos negativos de las instalaciones y los beneficios que se generan de los mismos -las comunidades locales deben vivir con los inconvenientes, mientras que unos pocos individuos o empresas se quedan con los beneficios. 

La solución, por tanto, es permitir y promover la energía comunitaria, aquella en la que los beneficios de los proyectos energéticos son distribuidos de manera equitativa en las comunidades cercanas a las instalaciones energéticas con el propósito de alcanzar el bien común
De este modo los proyectos energéticos se convierten en fuentes de ingresos que pueden ayudar a financiar las necesidades de las comunidades; por ejemplo, programas para el cuidado de personas mayores o discapacitadas, escuelas en zonas rurales, centros culturales, comedores sociales, combatir la pobreza energética, proyectos medioambientales, impulsar la competitividad de las principales actividades económicas locales, transporte público sostenible o mejorar la eficiencia energética en edificios públicos y barrios desfavorecidos. 

En resumen, las energías renovables en conjunto con modelos de propiedad comunitaria podrían ser uno de los motores de la economía local, dando lugar al desarrollo, a la creación de empleo (que no será limitado al sector energético en exclusivo) y al aumento de calidad de vida. [http://www.folkecenter.net/mediafiles/folkecenter/pdf/Community-Wind-Power-for-the-World.pdf

En aquellas comunidades en las que se han construido instalaciones energéticas con estos modelos de propiedad (cada vez son más los ejemplos en toda Europa), los proyectos no solamente son aceptados por los vecinos, sino que consiguen su apoyo. El efecto NIMBY se transforma así en el efecto POOL (“Please On Our Land”, “por favor en nuestra comunidad”).

Las políticas energéticas deben incluir objetivos claros y específicos para la energía comunitaria ya que es la única manera de poner en marcha las medidas y los apoyos necesarios que la posibiliten. 
Escocia ya lo ha hecho, 500 MW de la nueva potencia renovable deberá quedar en manos de las comunidades locales para 2020[http://www.gov.scot/Resource/0046/00469235.pdf]. 
En línea con la iniciativa de Escocia, Reino Unido ha definido una estrategia para promover la energía comunitaria a nivel estatal [https://www.gov.uk/government/uploads/system/uploads/attachment_data/file/414446/CESU_FINAL.pdf]. Tanto Escocia como Reino Unido han obtenido gran atención internacional debido a sus innovadoras y efectivas políticas energéticas en lo que respecta al empoderamiento ciudadano.



3- Conclusiones

- Se considera que la estrategia planteada por el Gobierno Vasco es poco ambiciosa y sobretodo basada en el modelo habitual de grandes infraestructuras o megaproyectos, olvidando la diversificación de los recursos y la generación.

- Gran apuesta por el gas natural, lo que nos deja lejos de ser independientes energéticamente. También de grandes explotaciones de biomasa.

- Total omisión de soluciones para un problema ya asentado en la pobación vasca como es la pobreza energética.

- No se visualiza ni se da importancia a las actuaciones a pequeña escala que democraticen la energía, aumenten la capacidad de la ciudadanía para producir y gestionar su propia energía.

- No se reconoce la complejidad económica del sector de la rehabilitación de edificios ni se plantea la posibilidad de transformar la mejora integral en una mejora por fases distanciadas en el tiempo. El objetivo debe ser convertir los edificios en edificios de consumo 0.

- Si Euskadi quiere llevar a cabo una transición energética a un coste óptimo y aprovechar todo el potencial que nos brindan las energías renovables, debe seguir el ejemplo de Reino Unido y Escocia e incluir objetivos claros en materia de energía comunitaria en sus estrategias energéticas.